La iniciación Para poder aplicar esa Energía Universal llamada Reiki, primero recibimos un alineamiento, sanación, del Maestro de Reiki, proceso llamado “iniciación” que permite que el alumno se ponga en contacto directo con la fuente Ki.
La iniciación es una ceremonia Sagrada, donde se colocan en lugares estratégicos del sistema bioenergético, simbolos sagrados, que son los encargados de atraer una clase especial de energía hacia la persona. Esta energía especial se llama Ran y es la fuerza equilibrada de la energía del astrol Sol. Recordemos que las energías que normalmente conocemos se clasifican en Yin y Yang, positivas-negativas, luz-oscuridad, frio-caliente, etc. Pero Ran es una tercera clase de energía que posee nuevas y fantásticas cualidades.
A partir del momento que estos símbolos comienzan a realizar su función, la persona se convierte en canal de la energía que Usui llamó Reiki, o sea, la persona se convierte en canal de la energía Ran. La energía Reiki es irradiada principalmente por las palmas de las manos. Pero en realidad todo el cuerpo lo irradia: ojos, dedos, todo. Facultad que nos acompaña para el resto de nuestras vidas. Por esto, el Reiki es una terapia iniciática.
Y solo es válida la iniciación, si el Maestro que la realiza puede "demostrar" por medio de un Certificado Oficial Reconocido, toda la línea de Maestros que le anteceden, hasta llegar al Maestro Mikao Usui. A este certificado se le conoce como "Linaje Reiki". Quién no posea un linaje Reiki reconocido, no debería sanar en nombre del Reiki.
El Reiki lo pueden recibir personas sanas, enfermas, a cualquier edad, de cualquier creencia y religión, es más, las mujeres que reciban la iniciación en Reiki antes de tener un hijo, éstos van a ser también canales de por vida. Cuando hacemos Reiki a otra persona, no solo le estamos canalizando energía a ellos sino que recibimos nosotros y cuanto más lo practicamos, más lo potenciamos.
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