por el Maestro Gabriel Rodríguez.
Clave 2.
Las experiencias espirituales directas, son la clave del verdadero conocimiento. Dejando atrás la teoría, la duda y la especulación, logramos el contacto con aquellas entidades que desde una existencia más amplia, pueden darnos lo que necesitamos para evolucionar espiritualmente. Por cuenta propia, pueden conocerse muchas cosas, pero con la asistencia de un Guía de Luz, seremos llevados por aquellos senderos que se ajustan a lo que necesitamos experimentar.
Esa es una de las razones, por las cuales la búsqueda de un Guía requiere en lo posible, una preparación y limpieza energética y mental. Cuando una persona se armoniza, sintoniza con los espacios y seres de amor y sabiduría. Si la persona busca el contacto en un estado de oscuridad, miedo, ira, negatividad, tiene mas oportunidad de encontrar otro tipo de guía, una que le sumerja en lo oscuro de la existencia. ¿Podría una persona en estado negativo ser asistida por un ser de Luz? Claro que si. Pero eso significa que ya se tenia un contacto previo, en el cual, la persona en problemas era objeto de la atención de ese Ser de Luz. En todo caso, siempre es mejor armonizarse y buscar las buenas experiencias.
Otro aspecto importante, es saber que seremos llevados a lugares que nos mostrarán nuestro lugar en el Multiverso, nos harán comprender la eternidad del alma, y nos ayudarán a colocar todas nuestras prioridades en el lugar correcto.
Análisis. la Didáctica interior.
Al trabajar o relacionarnos con los diversos personajes y objetos del mundo interior lo importante es comprender que más allá del aspecto visual, éstos son sencillamente núcleos de energía e información. De otro modo podrían llegar a inclinarnos a falsas literalidades. A continuación describiremos algunos de ellos:
Tesoros escondidos:
La búsqueda de tesoros escondidos es una actividad que generalmente el Armonizador o terapeuta sugiere al Meditante cuando los Guías Espirituales no se hacen presentes. Es bueno que la persona exprese a los Guías Espirituales su deseo de efectuar esta búsqueda de tesoros aunque aparentemente no pueda comunicarse con ellos. Deben estar muy atentos, pues el tesoro puede ser cualquier cosa. Una vez que intuitivamente reconocen que algo puede ser un “tesoro o regalo”, se pregunta a los Maestros para que sirve, cual es el propósito de dicho regalo. La respuesta vendrá a la conciencia del Meditante.
A modo de ejemplo, pueden encontrar una flor, que contiene paz; una espada que activa el coraje; un frasco con aceites, que contiene sanación, etc. Generalmente el regalo se usa allí mismo, o se “incorpora”, visualizando que se funde con el propio cuerpo, de modo que pueda integrarse “conscientemente” la información que el objeto representado contiene, la cual luego se desplegará a su tiempo en la conciencia. En esta misma categoría didáctica podemos incluir a los “frutos” que se encuentran en el Bosque y que generalmente despliegan cualidades curativas y armonizadoras.
el Clima:
Es muy importante verificar el estado energético con que se ingresa al mundo interior. El clima se corresponde con las emociones o energías humanas. Si se encuentra un clima desmejorado, indica que hay algo de negatividad allí, si hubiera tormenta o cielo nublado, indicaría la presencia de un estado más negativo. No se puede avanzar si las condiciones meteorológicas del lugar no son óptimas, pues es mejor para el Meditante trabajar en un ambiente positivo con el cual podrá sentirse a gusto y beneficiarse.
Para resolver está situación, se le puede pedir generalmente al propio Meditante que proyecte energía, luz, hacia el cielo, y todo lo que le rodea, con la firme intención de cambiar el clima en cálido y hermoso. El meditante tiene todo el poder de hacer esto, pues el lugar es fruto de su propia creación. En una meditación posterior donde ya trabaja con sus Maestros interiores, puede invocarlos y pedirles que colaboren también armonizado el clima si no pudiera hacerlo solo.
Si ocurriera que el paisaje se desaparece, se esfuma, muestra que falta armonizar a la persona. Si ya se trabaja con Maestros, se les pide que equilibren al Explorador interior con la energía del lugar, y se corregirá. Si el paisaje comienza a desaparecer bajo sombras de oscuridad, una negrura donde desaparece todo, se pide al Meditante que irradie luz hacia esas zonas y las restablezca a la normalidad. De no poder hacerlo, hay que salir de la meditación, pues no se está energéticamente listo en esa ocasión, hay demasiada negatividad en el sistema. Tras recibir sesiones de armonización podrán meditar de nuevo.
la Noche:
Algunas veces se entrará en el Bosque y será de noche. Esta circunstancia generalmente se da para poner énfasis en alguna enseñanza en particular. No hay que temer a la noche. Noche y Luna no son sinónimos de negatividad, como lo es el clima tormentoso. Así que se debe agudizar la atención y descubrir la lección, el camino que se prepara bajo esas condiciones.
Se debe aclarar que nos referimos al clima presente al ingresar al “lugar favorito de relajación”, que es el paisaje creado o imaginado por el Meditante como base para iniciar los trabajos meditativos. Si al avanzar la sesión meditativa, la conciencia se traslada a otro espacio-tiempo, la relación entre clima tormentoso y negatividad ya no es más válida.
el Comer:
El acto de comer o fusionarse con algo es frecuente en los mundos interiores, y es notable que en los escritos sagrados de la humanidad, se haga gran referencia a este recurso didáctico. Su propósito es claro: asimilar y activar la información de ese objeto en cierto nivel de conciencia.
las Fronteras:
El mundo interno tiene fronteras que no son del tipo lineal, sino dimensional. Se podría viajar por miles de kilómetros en el paisaje meditativo y nunca se encontraría su fin, pues el proceso creativo de la conciencia es lo que lo sustenta. Todo lo que no este bajo el proceso creativo de la conciencia del Meditante, está por fuera de la realidad del Paisaje interno.
Este es un punto en donde la multidimensionalidad nos plantea sus desafíos, pues en principio suponemos que la creación de un paisaje imaginario, es un proceso que ocurre dentro de la mente del individuo, y de hecho es así. Más parece no ser todo tan simple. Esta imagen mental, creada en principio por el cerebro, y por lo tanto ubicada espacialmente dentro del cuerpo físico-energético de la persona, en algún punto o nivel logra trascender más allá.
Todo parece indicar que esta creación mental, puede ser proyectada y sostenida por fuera de los límites del cuerpo físico. Por lo que vemos en la mayoría de los casos, en las altas capas de la atmósfera terrestre. Esto parecería una explicación muy poco seria, si no fuera que actualmente las modernas teorías de la Física Cuántica explican que la energía es información, y que ella se encuentra más allá de los límites impuestos por el tiempo y el espacio. También se han llevado a cabo muchos experimentos en donde se comprueba que la mente puede influir sobre objetos y personas separadas por miles de kilómetros sin mediar ninguna diferencia de tiempo entre la emisión y la recepción de la energía mental.
¿Qué hay más allá de estas fronteras? Suponemos que espacio astral, una inmensidad de energía cósmica, donde encontramos de tanto en tanto los sitios espacio-temporales de los seres humanos. En la práctica el meditante suele acceder a su mundo interior utilizando el recurso imaginativo de bajar por una escalera, más con el tiempo y la ejercitación se cambian espontáneamente las formas de acceder a ese espacio meditativo. También encontramos varios de estos marcos espacio-temporales que parecen ser sustentados por más de una conciencia en particular. Se los experimenta con una cierta estabilidad estructural, por parte de variados Meditantes, más allá de algunos cambios poco importantes.
la Ambigüedad.
Es interesante notar como los Guías Espirituales explícitamente declaran su naturaleza, pero al mismo tiempo es dada de una manera tal que puede ser reinterpretada de muchas formas. Por ejemplo cuando dicen que siempre están con el Meditante, y que es imposible para ellos no estar conscientes de él. Una persona podría tomar éstas declaraciones desde dos puntos de vista: que son seres externos que le acompañan permanentemente, como sucede con la visión tradicional de los ángeles custodios; o que se trata de representaciones humanizadas de aspectos de la conciencia del propio individuo.
Con la declaración que le continúa vuelve a suceder lo mismo: “…siempre habrá respuestas”, dando a entender que hay acceso a una sapiencia infinita; “…aún nuestro silencio es una respuesta”, lo cual podría significar dos cosas: que nos dejan que ejerzamos nuestro propio juicio en el nivel de conciencia cotidiana o que desconocen la información requerida, por lo que se guarda silencio. Tomando estas declaraciones de forma aislada no se puede llegar a una postura clara. Hace falta tener una comprensión global de los fenómenos del mundo interior para discernir cual es la interpretación que resulte apropiada en cada caso.
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