por el Maestro Gabriel Rodríguez.
Clave 4.
Vivir con la mente en conflicto, es un obstáculo que debe resolverse para lograr nuevos niveles de conciencia. Ya que el conflicto revela fragmentación y la fragmentación oposición. Todo trabajo serio de iluminación, requiere reconocer y resolver, los aspectos de la conciencia fragmentados. Para volver a ser una unidad armoniosa. No solo se podrá disfrutar de un delicioso silencio, sino que el Ser podrá enfocarse y alcanzar todo tipo de metas y rumbos, que antes parecían imposibles.
Análisis de la Coherencia.
los Sistemas.
Cuando comenzamos a trabajar con los Sistemas de la personalidad, previo al uso de la energización con Psicoenergía, era frecuente que cuando un aspecto del individuo, como por ejemplo el área Mental, estaba bloqueada, se representase con la imagen de un círculo negro, un cuadrado de piedra, una esfera de metal, y otras por el estilo. Lo que nos da la idea de lo deshumanizado del sistema, en el sentido de que no puede la persona relacionarse con esa parte, que al ser un objeto abstracto, no permite ningún tipo de comunicación. A medida que la persona se armonizaba y sus bloqueos van desapareciendo como consecuencia de un intenso trabajo de comprensión de los símbolos y problemáticas a nivel meditativo, las imágenes representativas de los sistemas también evolucionan.
Siguiendo con el ejemplo dado, las representaciones de un Sistema mental que un Explorador interior encontraría a lo largo de las sesiones, podría ser así: iniciar con un círculo negro (sin ningún tipo de interacción), una esfera de piedra (pasa del plano abstracto al mundo de los objetos físicos), un rostro de piedra labrado en una esfera (el objeto continua siendo estático, pero representa un potencial humano), una esfera de luz (aquí ya marca un estado positivo, representado en la luz), un libro (ahora está generando un tipo de comunicación por medio de la imagen que lo representa, en éste caso, una fuente de cierto conocimiento), un antiguo Escriba con un papiro (aquí ya tenemos un sistema con el cual se puede comenzar a trabajar eficazmente, pues se ha humanizado y mantiene diálogos e interacción tanto con el Meditante como con el Armonizador).
Una vez que se humaniza, irá cambiando de aspecto o rol a medida que se desprende de los condicionamientos, prejuicios, egocentrismos y demás limitaciones negativas. Puede irse transformando así: un escriba antiguo con un papiro, un rey con cetro y corona, un rey sin cetro y corona, un cónsul con peto de hierro, un cónsul sin escudos o barreras, un intelectual del siglo XIX, un académico moderno, un hombre de negocios dinámico y jovial.
Si son atentos verán que interesante es que las imágenes representativas suelen no ser de estereotipos actuales. Más bien parecen reflejar una determinada época remota en la cual el sistema de personalidad se mimetizó con una determinado tipo de personalidad. Experiencia vital que lo moldeó a un nivel en donde se ha quedado cristalizada en su evolución kármica, aunque esto último no es prueba suficiente para afirmar que estas imágenes son producto de las experiencias tenidas por el individuo en vidas remotas.
Todos los sistemas van evolucionando según se los trabaje y armonice. En el aspecto emocional, pueden ir de un corazón sangrante y pútrido, a un corazón brillante y sano, una caja roja con forma de corazón y con un moño, una niña tímida, una mujer, etc. En el aspecto físico las imágenes pueden sucederse así: unas cabañas humeantes, un trozo de madera quemada, un par de piernas enfermas, un cuerpo viejo y decrépito, un bebé recién nacido (aquí muestra un profundo trabajo de restauración de la salud a nivel de patrones energéticos), un hombre joven y vigoroso, un gladiador poderoso, un remero deportivo vigoroso.
En todos los casos más allá de la línea representativa que evolucione, cuando los sistemas llegan a niveles óptimos de armonización tienden a asumir imágenes representativas que para el Meditante son íconos de santidad, sabiduría y belleza. Las representaciones son tan variadas como la creatividad de los meditantes.
la Resistencia.
En las terapias tradicionales, el tiempo invertido en avanzar y trasmutar es bastante amplio, y esto significa más tiempo estando desequilibrados y simultáneamente luchando por iluminarse. Esto da la oportunidad de que se den más enfrentamientos y más resistencia por parte de la oscuridad interior. Entre los que oponen resistencia a la luz, hay que agregar a los propios Sistemas de la Personalidad, de los cuales ya hablamos. Por eso hay que tomar conciencia de que al iniciar un camino de iluminación interior, se deben superar los impulsos derrotistas o conformistas, así como entender que toda molestia o incomodidad será pasajera.
Claro es que debemos usar el buen juicio y sentido común para entender que es lo que ocurre. No sea que al Meditante le duela el vientre por un malestar físico, que debe atender por medio de un doctor en medicina y se lo confunda con una “purga energética”. Todo proceso que involucre a una persona debe ser supervisado constantemente por un médico matriculado, un psicólogo y/o un psiquiatra. Ellos son los que evaluarán y establecerán que afección se tiene y que clínicamente alguien se encuentra curado. Además es bueno darle la oportunidad al médico, de que por medio de la ciencia corrobore la evolución del trabajo interior. Es fundamental el diagnóstico que los médicos den para trabajar de manera segura y eficaz desde el nivel de la energía.
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