top of page
Foto del escritorAcademia Rein

Alma Solar 3. la Oscuridad.

por el Maestro Gabriel Rodríguez.



Los días que trascurrieron luego, fueron muy especiales. Era verdad lo que tus amigos y algunos familiares señalaron. Tu rostro tiene un brillo especial, tu trato es más amable, más conciliador. Pareces como un enamorado… y sí, ha vuelto a renacer el amor por ti mismo/a, con una frescura inusual. Y las lágrimas de una profunda alegría sorprendieron a tus mejillas, ante esa canción, ante esa puesta del Sol. ¡Y que lindo es el tiempo de volver a ver a tus Maestros otra vez! Ya conoces la rutina.


Cierras tus ojos… y sientes como suave y profundamente el aire entra y sale de tus pulmones… sin esforzarte para que suceda, espontáneamente comienzas a ver una hermosa escalera de mármol blanco, por la cual comienzas a bajar. Con cada paso, mayor es tu lucidez, mayor la atención, más claro el entendimiento… y al final de las escaleras encuentras frente a ti una puerta labrada de madera blanca bellamente tallada con imágenes de árboles y flores, filigranas de oro y plata. Al abrirla, ingresas a tu bello jardín interior. A cierta distancia puedes ver a tus Maestros y amigos que te invitan a reunirse, en un claro soleado, con sillas y mesa de oro y cristal, rodeados de rosales en flor.


Mariel sirve un té curativo, explicando su propósito: - Lo usamos como disparador de la sanación por reflejo, para las contracturas de tu espalda - puntualiza.

- Debes ejercitar la espalda - agrega Daniel.


Es así que luego de disfrutar esa deliciosa infusión, te invitan a recostarte sobre el césped. Daniel sujeta con sus fuertes dedos los músculos de tu espalda, y con maestría los estira aquí y allá. ¡Clic, clac! Va sonando la agarrotada carne. Y Concentrado como el alfarero en su obra, tira los músculos como si no fueras un humano, sino un pequeño gatito.


En un momento dado Daniel se incorpora y da unos pasos hacia atrás. Tú desde el suelo los observas. Los tres te miran con el rostro serio, Daniel con el seño fruncido. Te preocupas, nunca los viste así. Notando tu inquietud Daniel responde: - La espalda se ha transformado en Hematites (una roca metálica de color gris oscuro).

- ¿Eso es algo apropiado? - le preguntas.

- Así tiene que ser - tu amigo responde.


Y sin aviso una intensa tristeza asalta y te pone mal. El Hematites se comienza a deshacer transformado en arena. Los Maestros están más que serios, no están contentos. En un instante descubres que ya no sientes el cuerpo. Comienza a brotar de ti una energía gris, es una energía muy fuerte y violenta. La energía gris avanza a cierta distancia de ustedes y se transforma en un inmenso monstruo con tentáculos que te sujetan, rugiendo poderosamente, mientras miras paralizado el espectáculo.

Daniel exclama: - ¡Esta es una entidad muy vieja, se alimenta de emociones: sufrimiento, dolor, miedo!


Tú reaccionas y desesperadamente tratas de liberarte de sus garras. Los Maestros despliegan de sus manos poderosos rayos de luz violeta eléctrico y Daniel una espada de llamas blancas, cortando los tentáculos que te sujetan. Más el monstruo es inmenso, fuerte, poderoso, y al instante de perder cada tentáculo genera otro nuevo, que como látigos de acero zumban cortando el aire a vuestro alrededor. Mariel te sujeta firmemente uno de tus brazos, a fin de que la oscuridad no te arrastre, mientras alza su otra mano formando un escudo de energía protector. Varios tentáculos se transforman en grandes martillos que al golpear la tierra con furia producen un estruendo ensordecedor. Todos luchan tenazmente, más en un instante los tres retroceden y se quedan mirándose como sin saber que hacer. La bestia es gigante, terrible y brama de satisfacción.


Una imagen cruza tu mente y sin dudarlo gritas a tus amigos: - ¿Les parece bien que invoque al Arcángel Miguel?

Los tres a coro responden: - ¡Lo menos que tiene que venir es Miguel!

Y gritas con todas tus fuerzas al Príncipe de Luz y a la Divinidad.


El cielo, que se había oscurecido con espesas nubes color plomo, se enciende en llamas y una estrella dorada comienza a descender. Su intensa luz alumbra todo el lugar, más no llega a ustedes pues la bestia absorbe la luz en un intento de mantenerlos a los cuatro en las sombras.

- ¡No temas! - exclama la Conciencia solar.


Y su luz cae sobre todos, encandilando los ojos. La inmundicia grita de desesperación. ¡El Arcángel Miguel se ha presentado! Todo el temor, el frío y la desesperación son transformadas en el más cálido y seguro amor. La bestia te suelta al instante que les protege la luz. Más el engendro les ataca con furia, pero cada golpe le desintegra los tentáculos en llamaradas violetas.


Otras ráfagas de luz se despliegan a tu alrededor, son las huestes de Miguel que volando como cóndores rodean a la bestia. Miguel desciende delante de ella y alzando sus brazos genera una inmensa burbuja de luz violeta, una cárcel de gruesas y poderosas paredes, que finalmente la detienen. La bestia se retuerce en su cápsula y se la ve gritar, más ya no se la escucha. Las huestes del Arcángel Miguel se llevan al prisionero lejos de allí.


Miguel te sonríe complacido, y junto con sus Ángeles se alejan por el cielo que ahora se ha tornado violeta. Su calor comienza a disiparse.

Y mientras Miguel está regresando al Sol te dice: - Te falta poco para la alineación de los cuerpos chiquito/a. Estar en ésta luz es una práctica, un ejercicio, es sencillo.

¡Te sientes pleno/a y feliz, te sientes tan libre!


Los Maestros aplauden y cantan gratitud. Están felices, resplandecen con una luz magnífica, se elevan en el aire y exclaman: - ¡Ahora nada nos detendrá!

Cuando descienden, y se relajan, tú preguntas: - ¿Qué pasará con el monstruo?

Daniel responde: - En la cárcel violeta, se volverá cada vez más chiquito y se irá secando. A su tiempo ya no existirá mas.


El clima está fresco y todo el lugar violeta con puntos dorados: árboles, césped, todo. Ocasionalmente hay instantes donde el paisaje retoma su color natural. Más finalmente se estabiliza con el color violeta. Sientes un cosquilleo en el hombro, brazo y la sien derecha.


Daniel se acerca y parece trabajar allí. - Concéntrate en el dolor, ¿en dónde te molesta? - dice.

Comienzas a visualizarlo: - Brazo derecho, atrás... allí hay un hueco.

- Hay que mandar energía para que cierre - explica Daniel - Allí es donde estaba anclada la energía del monstruo.

Comprendes que los puntos coinciden con los nudos más fuertes en los omóplatos. El sigue trabajando en tu sanación.


Los Maestros te presentan en la mente dos hechos en el lugar donde trabajas que fueron feos, como una muestra de las experiencias que sostenían al monstruo gris. Para que sepas la clase de cosas que ahora se van. Estornudas y toses, luego suspiras fuerte y muy aliviado/a.


- El toser, estornudar o bostezar son medios muy eficaces para expulsar residuos de energías negativas encerradas en el interior. Es lo que llamamos “purga”. Cuando es mucha la energía negativa que se va, físicamente los sistemas como el digestivo responden de manera similar también. En esta ocasión ha salido tristeza, por motivo de que ya no la necesitas más allí - comenta Daniel.


Los bostezos y la tos continuaron otra vez, y con cada expulsión más energía oscura caía frente a ti formando un manto negro y espeso de alquitrán. Continuando con la enseñanza Daniel habla señalando a la suciedad: - Este manto de alquitrán se ha formado porque ahora realmente deseas que esas cosas no formen más parte de ti. Estaba en tu interior porque lo retenías.


Ahora bien, el alquitrán trata de ingresar nuevamente en ti, pues no quiere ser expulsado. Los Maestros entonces despiden desde sus manos rayos de luz violeta los cuales lanzan a la Oscuridad. Esta reacciona ante los disparos, alejándose y moviéndose de diversas formas. Cuando es oportuno, entre todos comienzan a empujar con luz a la masa negra. Una bóveda violeta se abre en el suelo, justo detrás de la Oscuridad y ésta al ser empujada cae en ella. Daniel rápidamente cierra la tapa de la trampa.


Un gran alivio inunda tu ser. Estás cansado/a y deseas regresar, más que gracioso, justamente por ese cansancio, los Maestros piden que te quedes un momento más.

- Tienes puntos negros en el cuerpo, que es necesario sacar - explica Daniel.

Y como un mago del circo, hace aparecer ante ti una aspiradora con un compresor violeta. La sola idea de que use eso en ti da risa. Te invita a recostarte en el césped y con elegancia comienza a deslizar la máquina sobre ti, extrayendo mucha energía negativa. Ahora bien, los núcleos negros salen y salen, parece que el proceso será para largo rato.


- Debes tener la aspiradora encendida aún en tu casa - comenta Daniel - No se puede hacer todo de un golpe, sigue con este proceso en tu casa. Descansa mucho, pues ahí es donde el proceso de armonización es más rápido. Tu cuerpo va a tener grandes modificaciones, cosas que te parecían imposibles de lograr se van a dar. Amado no tengas miedo de creer, no tienes idea de la puerta que abrimos hoy. Tu mente no puede alcanzar a comprender, pues es muy grande. Pero te alcanza con saber y creer que cosas mejores pueden suceder - agrega mientras se acerca y te cobija entre sus brazos.


Una gran alegría invade tu corazón, y ríes como niño y tus amigos te abrazan, te felicitan y cantan de alegría mientras te alzan en el aire, como si hubieran ganado la Copa del Mundo. Tú lloras de alegría, y ellos también.


Ahora si estás cansado/a, quieres regresar...


Puedes descargar el libro completo de Alma Solar, de forma gratuita.

Enlace en la imagen.




9 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page